martes, 27 de abril de 2010

Don Crispín de San Luis.




Sueñas
y  a un  tiempo amas

Por esta misma acera donde tu pelo emblanquecio de aromas y raices fueron en tu andar los grises adoquines, pisó Madero.  La ciudad de trenes que el polvo conservó.

Amante fue en tu hora la mujer agraciada que puso  a tu rumbo quietud . Cubiertos fueron tus ojos de su hermosura. Aún recuerdas sus largas trenzas de oro y cielo, su cintura de envidias, sus copas donde solo tú bebias.

En amores que envuelves  gozas del frescor de los arboles y distraido fumas aún discretamente. Mientras te observo y me autorizas, pongo ante la historia tu Quijotesca figura de altanera-humilde estirpe, amigo inseparable del paisaje.




miércoles, 14 de abril de 2010

El escritor tras la poesía.


Alguien leyó mis poemas y expreso que tienen una rara melancolía, otra persona comentó que le gustan, pero son muy tristes, ayer, alguien a quien respeto profundamente sus opiniones, dijo que tienen un aire de resentimiento.

Seria agradable disertar sobre el trasfondo de los poemas. Pero no deseo hablar sobre otros que escriben poemas. No he estudiado a profundidad las cuestiones que provocaron en Poe, en Paz, en Neruda, tanta bella poesía, incluso no me atrevería a indagar los mundos interesantísimos de Martí, cuando escribe: “despacio la tendería, callado la besaría”.

 Y ciertos versos del cubano, me llegan muy hondo, me sensibilizan y perturban mi calma. Me remontan a situaciones emocionales, afectivas y de otras índoles, a épocas de su vida, donde lo siento muy desgraciado por las circunstancias tan difíciles que le rodeaban, empeñado en organizar una guerra que nos daría un país libre, un país democrático, no perfecto, pero si perfectible, y bajo esa presión, escribir páginas poéticas soberbias, y luchar contra pasiones y sentimientos que le mordían muy dentro.

 Luchar, debo decir, con gentes que como ahora querían tener una patria libre pero no eran capaces de hacer algo por lograrlo. El Apóstol de nuestra independencia, despojado de mitos y otras vaguedades y dogmas oportunistas, era un hombre, que se daba el tiempo para amar y amaba profundamente, quizás no como la sociedad de la época hubiera deseado para encaramarlo en la beatificación ridícula en que los hombres suelen querer empinar a los que sobresalen, sin embargo tiempo es, de que alguien preparado para tal faena, pueda ofrecer el lado sensible de un hombre extraordinario.

Contrapuesto al poeta cubano, me agrada señalar al gran escritor colombiano, José María Vargas Vila, Cóndor de la sagacidad y la pericia literaria, alma combativa y solitaria, peñón donde chocaron los mediocres y cobardes de una época de luces y de hombres  brillantes.

Que mundos fantásticos le inspiraron a escribir: Ibis, Flor de fango, Aura, que labios quemaron sus entrañas para sacar tanto fuego y pronunciar frases tan difíciles de asimilar, incluso respetando los cánones de la época: “el amor es alfa y omega, principio y fin de la existencia, por el nacemos, por el morimos, seamos fuertes para vivir sin el”.

Atreviéndose a parafrasear la Biblia, la palabra de Dios.

Estilos, personalidades, sucesos, vivencias. Por supuesto, y pasiones, torrente de pasiones que inmortalizaron las letras ofrecidas.

 Un resumen de dolor, sangre y lágrimas, humanas sensaciones, que los motivaron y gracias a ellas, pudimos un día leer y apreciar la magnitud de nuestros escritores, de los hombres que a fuerza de vivir con intensidad, nos legaron un patrimonio cultural digno de lo mejor del mundo.

Un zacatecano encomiable, Ramón López Velarde, con un verso de encanto, cimbrando el principio de un siglo que trajo de cabeza al México legendario, y entre el bullir de la efervescencia revolucionaria escribe versos que rompen las reglas literarias establecidas, que dolor pondría en su corazón la pena de Fuensanta, y solo nos es dable imaginar a través de la rasgada pena de un poema.

Un canto hermoso y dulce como su nombre, donde ensalza las virtudes de la patria amada, por sobre tantas otras amadas y sin lugar a dudas es valido pensar que incluyéndolas, le cantó con admirable verso a su Dulce Patria.

Que atmósfera puede inspirar un poema, que suele a veces leerse desde varias posiciones, según sean las vivencias o las intensiones, que el público reciba al leerlo.

Acaso el llanto ha de inspirar poemas alegres y la alegría poemas tristes, ante el recuerdo de amores o desamores, se pronunciará el poeta con sentimientos encontrados. Pero sinceros, acordes.

La profundidad del pensamiento y la intensidad de los asuntos que hacen saltar a palabras las vivencias, suelen a veces, sin querer, no estar ni remotamente cerca de los verdaderos sucesos. Resultan muchas veces insuficientes las palabras y se opta por la más cercana, alguna adecuada o aproximada, la mejor imagen, el mejor ritmo obliga a sacrificar la palabra correcta por la palabra que rime u ofrezca la imagen poética más atractiva.

Entregar al lector la frase poética sin pulir debería dar la medida de la sinceridad máxima del autor. En contraposición al maquillaje excesivo de aquellos que repasan y trabajan con demasiado esmero la frase poética, que recalientan el verso. Sin embargo todo es valido, todo es aceptado al cabo. Aunque se note la maquila abundante y la palabra rebuscada.

Siendo la poesía lugar sagrado donde van a beber todos los que de un modo u otro se nutren de su vital liquido, a pesar del cuidado que pongan en acercarse a ella y la pulcritud del proceso para hacerla mas o menos bebible.

Incluso sin apartarme de la forma metafórica, la calidad del agua ofrecida. A sabiendas de quienes beben de manantiales cristalinos  a otros que prefieren el agua químicamente pura, recordando a Guillén, puaf!, sin el mínimo excremento de un ave.

Amigos, ni yo mismo sé que dispara en tanto mi deseo de ir por un papel o acercarme al mundo cibernético de la Internet y poner en una página al escrutinio de muchos, los pobres y sencillos poemas que escribo.

Si hay un dejo de nostalgia, de tristeza, si denotan resentimiento, hacia una dictadura que coarta la libertad, en estos pobres versos míos, si canto a amores que se perdieron o labios que no olvide.

Recuerden que no hago versos por encargo, ni prostituyo el oficio que ha sido orgullo de los amantes de la expresión más pura de la literatura.

Y que por sobre el más bello recuerdo de amor que se pueda tener, por sobre la mas bella de las poesías o la más hermosa de las mujeres, esta la libertad.

Respetando siempre el derecho que tienen otros a pensar diferente y decir lo que al cabo le trasmite un poema.




martes, 13 de abril de 2010

Visión de corte surrealista.



Todo espejo sangra su propia imagen
parto de consecuencias impredecibles
servir de ahínco la boca ofrece
una alta cima llena de cicatrices

un pecho expuesto a ser devorado
como único culpable de ser feliz
la humedad contornea dibujo tal
que semeja enorme catedral gótica

sinnúmero de figuras en penumbra
encerradas en losas sin destino
al fondo de la estancia de la aurora

convergen por un lado temerosas
en ruina de poemas ya difuntos
postrado sobre labios encendidos

sábado, 10 de abril de 2010

Ensayo sobre el ser feliz.




Cuando alguien pregunta si se es feliz, de manera genérica, se puede decir un largo discurso para justificar un si o un no.

De cualquier forma  una respuesta breve jamás resiste, una coda justificante.

Es cuando remitirse a la palabra felicidad se hace adecuado.

Estado de agradable sensación de placer, imposible de intentar clasificar con simples palabras, satisfecho, complacido, lleno, y un largo etc.

Desconcertante, de seguro se encierra el verdadero significado dado por el Creador.

Con esta improvisada parrafada, intento dar comienzo a un tema que merece, al menos de mi parte una mirada que desnude las intenciones.

Todos deseamos algún indicio de sabiduría para lograr reconocer el estado ideal que apresa el sentido estricto de la palabra felicidad.

Descontados los supuestos argumentos de aquellos que salen armados del contrapunteo habitual, cualquier cosa que escriba será de seguro rebatido, pero mi yo interno, ese absurdo ego que nos alimenta y determina, si el juicio emitido es ante todo severo y sincero ante uno mismo, ayudará a dar algo de luz en el tema que nos apremia.

Ser feliz es un estado transitorio y exquisito, pero cíclico, como  incierto es nuestro paso por la vida, resume de un golpe la faena de un deseo que cuaja en emoción por algo anhelado y logrado.

Sin embargo, una vez logrado, el cuerpo del deseo se diluye, sin importar los tiempos que utilice para ello.

Dando pasó a otros sentimientos similares, que no deben ser confundidos con el motivo del tema, tal vez parecido pero no idéntico.

Cuando la pregunta se da en torno al resultado de un periodo de unión amorosa, todo ocupa entonces una dimensión y un trato especial.

Urge irlo despojando de paradigmas y tabúes y cuanta cosa enturbia el verdadero juicio de valor ante lo que será ni más ni menos la exposición del éxito de la vida en pareja.

La felicidad es un estado entonces transitorio, que permite uniones prolongadas, sin que por ello se caiga en las monotonías y recurrentes mañas para sobrellevarla.

El paso del tiempo en las personas , puede ser uno de los efectos más tremendos en el reto de sobrevivir al tedio y encontrar el ciclo exacto sin llegar a presumir de ideal, en el cual aceptamos con justificadas atenuantes, todo aquello que nos une a nuestra pareja, hijo, nietos, casa, logros, pasado, planes, proyectos. Un sinfín de cosas y con ello evadimos enfrentar el añejo dilema, ¿eres feliz?

Cuantas veces me han hecho tal pregunta, una, hace realmente poco, y llevaba claramente la intención de saber si mi estado de difícil situación económica influía positiva o negativamente en mi estado emocional de satisfacción, fue hecha por un agudo empresario.

Para quien finca dicho estado en cuestiones económicas, es evidente que el dinero adquiere una dimensión extraordinaria y su rasero pasa por la cartera en cualquier tipo de relaciones, ¿es valido?

Evitaré juzgar y seguiré adelante, el otro cuestionamiento, llega recién.

Yo soy feliz, lo eres tú; no soy feliz, desearía que tú lo fueras. No soy feliz y me dolería que tu no lo fueras, será capaz alguien, que no sea yo, de darte la felicidad que te di. Larga seria la formula de preguntas.

Y todas tendrían un toque profundamente verosímil.

Acaso no entran en juego, para lograr estados de felicidad, mil situaciones complejas, que no se estudian en ninguna universidad por encumbrada que está sea.

Puede ser decodificado el intrincado mundo de lo material y lo espiritual.

Podemos por supuesto aprender tal o mas cual posición para dar satisfacción a nuestra pareja. Es aceptable y reconocido el factor imitativo y pedagógico del ser humano.

Tan lejos del instinto de los animales inferiores, que favorecen la conducta afectiva debido a patrones grabados en su genética perfecta.

Cuanto largo rollo y aún da para más esta cosa a que muchos aspiran y otros desgraciadamente ni conocen y aunque muchos la poseen y no la reconocen, otros la sobre valoran y algunos , que respeto, la creen un estado tan finito como un éxtasis devenido en un simple y sano orgasmo.

Contra parte del grupo que presupone la felicidad al buen desempeño de las normas de convivencia establecidas y la efectividad y salud de su vida en familia a sus finanzas públicas y privadas.

Cosa que discrimina olímpicamente a los que sentimos enormes descargas placenteras al saber que aquel ser que una vez amamos esta aquí en este mundo de vivos, sin importar mas que el simple respeto por los aciertos de tal relación y apelando al perdón en los yerros.

Privilegiando la experiencia que da el valor de estar  y la hermosa posibilidad de disfrutarlo.

Algo mucho más tangible que amar algo material que no puede transmitir, por mucho que sea de bello, caro, o admirable, la suavidad inconfundible de una sensación invaluable de amor.

Sí algo natural, como un paisaje, un poema, una obra de arte cualquiera, o la suprema de la naturaleza, el ser humano, por antonomasia, la perfección de la creación.

Es hora de sabernos capaces, intensa y efectivamente felices, si tenemos el don de arropar destellos de pasión y enfrentar lo difícil y tremendo de nuestro paso por lo abrupto de la  vida.

Sensibilizarnos hasta las lágrimas, ante un desamparo o un acto tiránico, el nacimiento de una idea, la muerte misma en la muerte de quienes amamos y aún más , de aquellos que ni conocemos, si ponemos manos en la obra de ser mejor cada día, no para trascender ,que eso es solo vanidad sin discusión, mejor en ser infinitamente abiertos a la amistad ,al amor, al sexo, al apreciar el roció en la flor, al respeto de la vida en todas su variantes únicas, a disfrutar los momentos que guarda la mente en su archivo inconmensurable de cosas que nos han hecho felices por años, cuanto de maravilloso se ofrece, sin mediar un centavo por todo ello. Por todo esto, Bendito sea Dios!






jueves, 8 de abril de 2010

Imagen surrealista con triciclo.

Ciudad perdida

ciudad de pausa sin puerto
lejos de la resaca ordinaria
ofrecida al mundo

hoja que danza
en la plenitud del vuelo

calma que indaga saberse

ciudad de vuelcos impredecibles

ayer de fiesta
mañana ajena